Los recursos son parte del plan de acción presidencial y se destinaron principalmente a mejorar la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes que residen en los centros de protección del Servicio Nacional de Menores (Sename).

 En octubre del año 2016, la Presidenta Michelle Bachelet anunció un plan de acción para la infancia vulnerada, que incluyó una inyección extra de 2.500 millones de pesos para que el Sename invirtiera en los centros que administra.

El 71% de los recursos se destinó a los 11 centros de protección que el Sename posee en seis regiones, lo que ha implicado mejoras inmediatas en la habitabilidad de los espacios, en la seguridad y en la salud de los niños, niñas y adolescentes que han ingresado a esos recintos por orden de un tribunal de familia, debido a que eran víctimas de vulneraciones de derechos.

El 29% del dinero se destinó a mejoras en los centros de justicia juvenil, donde los adolescentes cumplen medidas cautelares o sanciones por haber infringido la ley.

La directora nacional del Sename, Solange Huerta, participó en la entrega de los trabajos realizados en las regiones del Biobío y La Araucanía, donde expresó que “estamos dando cumplimiento a lo ofrecido por la Presidenta Bachelet, para que se mejore la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes que permanecen en estos centros debido a que sufrieron vulneraciones de sus derechos. El foco del Estado y del Sename es seguir trabajando para proporcionar de forma urgente el bienestar que necesita y merece nuestra infancia y adolescencia vulnerada”.

La autoridad nacional destacó la labor realizada tanto por funcionarios del Sename como de todas aquellas instituciones involucradas, ya que “el trabajo conjunto permitió que esta inversión se realizara en tiempo récord, lo que demuestra el compromiso de todos los organismos con un tema tan importante”.

Del total de recursos destinados a los centros de protección, 49% se destinó a reparaciones de la infraestructura de los recintos, y el 51% a compras de bienes para mejorar la atención que reciben los niños, niñas y adolescentes.

En las reparaciones de la infraestructura se incluyen mejoras en dormitorios, centrales de alimentación y servicios higiénicos (cambios de ventanas y puertas, pintura, reparaciones de pisos y techos) e instalación de pasto sintético en patios y canchas.

Las principales compras se relacionan con:

– Condiciones de seguridad: cámaras de seguridad, normalización de redes húmedas y secas para incendios, grupos electrógenos, etc.

– Artículos deportivos: nuevos implementos para fútbol, básquetbol, vóleibol y tenis de mesa.

– Productos de uso personal: reposición de toallas y ropa de cama (sábanas, frazadas, cubrecamas), menaje (vajilla y utensilios de cocina), materiales para párvulos (andadores, balancines, mamaderas, chupetes, etc.).

Estos recursos extra se suman a los fondos destinados a los centros de protección de organismos colaboradores privados que presentaron proyectos de emergencia para mejorar la infraestructura y seguridad de esos recintos. Durante el 2016 se invirtieron 3.600 millones a través de ese mecanismo.