Se trata de tres jóvenes que cumplen sanción en el recinto y que ya han completado más de 20 sesiones de clases.

La iniciativa, si bien es una actividad lúdico–pedagógica, tiene exigencias y metas bastante elevadas, y entre sus objetivos apunta a que los participantes conozcan la guitarra y sus partes; el manejo y postura de las manos; ritmos y rasgueos; y el aprendizaje de 21 notas mayores, menores y acordes de séptima, que es el acorde por excelencia de la música jazz y que permite generar una infinidad de variables en las notas del instrumento.

El taller de guitarra es impartido por Guido Picticar, educador de trato directo, quien además es folclorista y pone a disposición de los adolescentes sus conocimientos musicales, generando actividades complementarias que apoyan los procesos de reinserción social de quienes se encuentran cumpliendo sanción.

La jefa técnica y directora (s) del Centro de Régimen Cerrado (CRC), Alicia Alvarado, señalo que “no solo comprende el aprendizaje del uso de un instrumento musical, además implica un espacio en donde los jóvenes logran identificar en ellos habilidades que no habían descubierto. A través de la música y la guitarra van liberando sentimientos y emociones que favorecen un mejor estado anímico y, por ende, un mejor bienestar”.

Uno de los participantes, J.A.A.C., de 17 años, valoró el taller, señalando que “es una forma de desarrollar habilidades y técnicas musicales, que me pueden ayudar a desarrollar un oficio y conocer gente. Es entretenido, ayuda a relajarse y liberar tensiones”. El joven ya aprendió a tocar tres canciones en guitarra, manifestando su interés por seguir aprendiendo hasta dominar completamente el instrumento. Una forma lúdica de desarrollar un talento que los motiva a sumarse a esta y otras actividades para lograr una reinserción social exitosa.