Adolescentes que estuvieron en residencias lograron cupo para estudiar en una de las universidades más prestigiosas del país.

Cinco adolescentes egresados del sistema residencial ingresaron a estudiar a la Universidad de La Frontera, de Temuco, gracias al programa liderado por un grupo de académicos de esta casa de estudios: Mi Carrera, Mi Futuro.

La iniciativa, pionera en su tipo, abrió para este año un cupo de pregrado para una carrera de cada facultad, llenándose cinco de ellos con estudiantes que pasaron por un centro de protección del Sename o residencia colaboradora de la región.

Claudia De La Hoz, directora regional del servicio, reconoció y agradeció el aporte de los académicos Edoardo Tosti-Croce y Raquel Lara, quienes se dieron la tarea de impulsar este programa dirigido a adolescentes que, habiendo cursado la Enseñanza Media, obtuvieron buenas calificaciones y se encontraban institucionalizados en ese momento: “Este es un ejemplo de cómo la sociedad completa, desde sus propias especificidades, se debe hacer cargo de los niños y jóvenes vulnerados en sus derechos; agradezco y felicito la iniciativa de estos académicos que tocaron puertas para generar un programa inédito en la educación superior de nuestro país”, manifestó la directora.

La instancia surgió en el ámbito del quehacer profesional e investigativo de los responsables, pero también desde el ámbito personal, ya que Edoardo Tosti-Croce tiene una particular experiencia con jóvenes vulnerados al haber acogido por más de 15 años a una adolescente que, por mandato de tribunales, debía ser institucionalizada, y que gracias a su apoyo hoy es una profesional exitosa.

Entre quienes inician su proceso de educación superior figuran dos egresados del centro de protección Alborada (que estudiarán ingeniería civil mecánica), en Temuco, y una proveniente de la residencia Aldeas SOS, ubicada en la ciudad de Angol.