Residencia Familiar de Coyhaique celebró su primer aniversario con actividades para los jóvenes
A un año de la puesta en marcha de este nuevo modelo residencial, funcionarios y funcionarias organizaron entretenidas actividades para ocho adolecentes que viven en sus dependencias.
Con motivo del primer aniversario de la Residencia Familiar de Coyhaique, los trabajadores llevaron a cabo una serie de iniciativas deportivas y de recreación para los y las jóvenes residentes, instancia en la cual se fomentaron y fortalecieron los lazos de unión entre los participantes.
Esta es la primera Residencia Familiar de admiración directa del Sename a nivel nacional, cuyo propósito es entregar una atención más personalizada en un ambiente familiar a quienes la integran. Así, el equipo conformado por 29 funcionarios ha asumido el compromiso de ser pioneros en la instalación del nuevo modelo, que forma parte de la reestructuración del sistema de cuidados alternativos del servicio.
En ese sentido, Gabriela Bahamonde, directora regional del Sename Aysén, manifestó que “la puesta en marcha de la residencia ha sido gran desafío para nosotros, ya que finalmente estamos colaborando en liderar el cambio a nivel nacional del modelo residencial, que no es sólo el mejorar y especializar la calidad de este sistema proteccional, sino también contribuir en el desarrollo de un cambio de pensamiento y de paradigma en que, como Estado, todos nos hacemos cargo de proteger a cada niño, niña y adolescente que se encuentra inserto en este sistema.
Mirada pionera
Al día de hoy, la Residencia Familiar Coyhaique cuenta con ocho adolescentes (cuenta con una capacidad máxima de 15) de entre 16 y 17 años, quienes fueron derivados por tribunales de familia debido a graves vulneraciones de derechos. Ellos acuden a diario a diferentes cursos y espacios de formación que brinda el servicio, a través de un modelo que cuenta con cuatros pilares fundamentales: Residencialidad Emocionalmente Segura; Acompañamiento Terapéutico al Niño, Niña y Adolescente; Acompañamiento Terapéutico Familiar y Articulación con Redes de Protección.
Asimismo, se realizan intervenciones psicosocio-educativas y terapéuticas, las cuales apuntan a la educación para la vida en sociedad, promoción de la autonomía progresiva (preparación para la vida independiente), fortalecimiento de recursos personales, fortalecimientos de estilos relacionales, abordajes de experiencias adversas, concreción de alternativas educacionales y fortalecimiento de habilidades parentales a los padres y/o adulto protector, entre otras intervenciones.
La residencia cuenta con 29 profesionales entre psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, psicopedagogos, docentes, técnicos en enfermería, gastronomía y abogados, quienes dan sustento y respuesta a las necesidades del desarrollo de cada adolescente, generando en ellos un sentido de pertenencia y afecto donde sus opiniones son escuchadas y acogidas.
Luis Alvarado, director(s) de la residencia, destacó “el compromiso del equipo de trabajo que partió con este modelo, que supone un cambio de paradigma a nivel nacional; en esa perspectiva el balance es positivo, ha sido un año de aprendizaje donde nos hemos ido insertando en la comunidad, no sin dificultades, porque hay que hacer entender a la sociedad que la responsabilidad de la infancia es de todos, no sólo del Sename”.
El objetivo fundamental de estas residencias familiares es crear un espacio emocionalmente seguro, cuyo propósito es restituir el derecho a vivir en familia y contribuir a la reparación de vulneraciones sufridas por los adolescentes.