La actividad se llevó a cabo en ambos establecimientos, donde se destacó que han logrado posicionarse gracias a las redes comunitarias y el apoyo de vecinos, entre otros ámbitos. 

Como un exitoso primer año de vida y con mucho aprendizaje, se define los 12 primeros meses de las dos residencias familiares para adolescentes de la Región de Arica y Parinacota, administradas directamente por el Servicio Nacional de Menores (Sename). Estas forman parte del cambio de mirada desde un modelo masivo a uno familiar, con el cierre del ex Centro de Reparación Especializada de Administración Directa (Cread) Arica. Por esta razón se llevó a cabo una fiesta organizada por los mismos adolescentes que viven en ellas.

En el caso de la Residencia Familiar “Alonso Sánchez” (masculina), el festejo comenzó con una tradicional “Pawa”, rogativa ancestral del pueblo aymara que estuvo a cargo de la monitora Inés Pacheco. En la oportunidad se pidió por los jóvenes y funcionarios a fin de poder repetir el buen año de funcionamiento de la residencia, donde resaltaron las redes comunitarias y el apoyo de los vecinos del sector.

De forma paralela, la Residencia Familiar “Luis Beretta” (femenina) conmemoró el primer cumpleaños con una fiesta hawaiana, acompañada de una tarde de piscina junto a un tradicional asado compartido por las adolescentes y funcionarios.

Para el director regional del Sename Arica y Parinacota, Pablo González, esto es fruto del trabajo en equipo en conjunto con comunidad. “Estamos felices, ya que en el proceso previo a la instalación de las residencias familiares generamos espacios de información, diálogo y sensibilización junto a los vecinos, y eso se ve reflejado a un año de su implementación. Este no es sólo un cambio en infraestructura, sino que también en dar atenciones más personalizadas y con profesionales capacitados, con el objetivo de generar intervenciones familiares e individuales, quedando claro que los niños y sus familias están primeros en la fila”, explicó la autoridad.

Las casas se encuentran ubicadas en zonas urbanas de la capital regional, y están planificadas para recibir como máximo a 15 niños o adolescentes derivados desde tribunales de familia, debido a haber sufrido graves vulneraciones de derechos.