Sename Atacama inaugura Residencia de Vida Familiar para Adolescentes
Pese a que desde el 1 de octubre quedará a cargo de Mejor Niñez, el servicio trabajó arduamente para dejar posicionada esta alternativa orientada a una atención especializada de usuarios entre 14 y 18 años, en Copiapó. La nueva modalidad de atención considera mayor acompañamiento y mejores espacios que apuntan a lograr resultados positivos en reparación y desarrollo integral.
Tras el cierre de la residencia copiapina “Aragón”, dependiente de la ONG Padre Amigó, en el 2017, que albergaba y atendía a niños, niñas y adolescentes mayores de 6 años de edad, se generó un déficit en la disponibilidad de plazas para la atención y protección, labor que asumieron adecuadamente las residencias de las otras comunas de Atacama. Sin embargo, el Sename Atacama, conociendo la realidad local trabajó arduamente para gestionar el funcionamiento de una residencia de vida familiar, modalidad impulsada por el servicio en la mayoría de las regiones del país, desde el 2018.
El Acuerdo Nacional por la Infancia, firmado ese año, acordó la implementación de 94 propuestas para promover el desarrollo integral de todos los niños y niñas del país, lo que propició la transición de los Cread a residencias familiares. Esta instancia permitió dotar a la Región de Atacama con esta nueva oferta.
La Residencia de Vida Familiar para Adolescentes (RVA) Esperanza, es una nueva modalidad de atención que reestructuró el cuidado alternativo enfatizando en la reparación y restitución de derechos. De esta manera, complementó dos proyectos adosados en el trabajo intervenido: el Programa de Atención Residencial Especializado (PRE) y el Programa de Protección Especial (PPE). Asimismo, redujo la cantidad de usuarios en el recinto. La cobertura habitual de 20 plazas pasó a tener una cobertura de sólo 12 adolescentes desde los 14 a los 18 años de edad, con extensión excepcional hasta 24 años si cumple el requisito de estar estudiando o tener capacidades diferentes. Actualmente, el recinto ubicado en las dependencias de Avenida Circunvalación alberga a seis usuarios y usuarias.
Asumir el desafío de dirigir la RVA Esperanza ha sido muy motivador para Patricia Vergara, quien señala que el propósito fundamental es asegurar una residencia emocionalmente segura. “Un plus importante que queremos darle al recinto es que sea una instancia transitoria para los y las adolescentes, en el que permanezcan mientras se logra la revinculación familiar o se les prepara para una vida independiente”, manifestó la directora de Esperanza.
Por su parte, la directora del Sename Atacama, Carolina Cortés, destacó la importancia de contar con esta alternativa, considerando que posee un modelo técnico orientado a una atención especializada, en un ambiente que se asemeje lo más posible a un entorno familiar y que permita generar las condiciones necesarias para facilitar vínculos seguros y sanos para los y las adolescentes. “Uno de los objetivos de la RVA es trabajar en el acercamiento familiar para restablecer el derecho a vivir en familia. Sin embargo, se dará curso a esta acción siempre y cuando exista un piso base de protección con quien se trabaje el proceso de egreso”, aseguró la directora.
La RVA, actualmente administrada por el organismo colaborador Corporación Comunidad Terapéutica Esperanza, suma a la dupla psicosocial la figura de un terapeuta ocupacional y la de un tutor o tutora de referencia por sobre la de la educadora de trato directo, que genera un vínculo más cercano y propicia una atención más enfocada al dedicarse exclusivamente a un máximo de cuatro adolescentes.
A partir del viernes 1 de octubre de 2021, esta residencia y las otras que operan en la región serán supervisadas y subvencionadas por el nuevo Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia “Mejor Niñez”, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social y Familia.