Centro de Justicia Juvenil de Valdivia cumplió 21 años de funcionamiento
Ubicado en el sector “Las Gaviotas” de la capital regional, el establecimiento ha sabido de cambios y desafíos.
Centro de Rehabilitación Conductual (COD-CERECO) fue el primer nombre con el que comenzó a funcionar este espacio destinado al trabajo con jóvenes en conflicto con la ley. Instalado en un entorno periférico de la ciudad de Valdivia, emergía como una respuesta a la venidera dispersión territorial de la Décima Región de Los Lagos. Su puesta en marcha fue en medio de un sector con baja urbanización que, con el paso del tiempo, sufrió cambios rápidos y funcionales al avance natural de la sociedad, cuyos alcances se expandieron a temas jurídicos, administrativos y estructurales.
Llegó la Región de Los Ríos junto con la entrada en vigencia de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente y los cambios llegaron para transformarse en una constante en este espacio de trabajo. Cambió su nombre a Centro de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado (CIP-CRC) y pasó a formar parte de la naciente dirección regional del servicio.
María José Hewstone, psicóloga y directora del centro, señaló que “la flexibilidad y adaptación han sido claves en todos los procesos que se han evidenciado en este espacio de trabajo; han ocurrido cambios en todos los ámbitos y el equipo de personas que acompaña a los jóvenes ha sabido sobreponerse”.
“Tenemos ese valor, ya que la labor cotidiana es muy compleja y nuestra dirección estratégica es aspirar a la mejora continua. La cantidad de años de funcionamiento ha traído elementos que nos fortalecen, pero también somos conscientes de las deudas del sistema y la forma en la que debemos abordarlas”, agregó la profesional.
Asimismo, y respecto a las condiciones actuales de trabajo con jóvenes en conflicto con la justicia, Hewstone detalló que “a medida que han ido incorporándose otras herramientas de intervención y espacios para más equipos profesionales, nuestro abordaje ha mejorado y se han impulsado nuevas ideas”.
“La adolescencia de hace 21 años es distinta a la de hoy, tiene otras características, por lo tanto, nos ha demandado al equipo de intervención capacitarnos, estudiar, perfeccionarnos en conocer cómo esta nueva juventud se comunica y procesa ciertas intervenciones”, finalizó.